"MI VETERANA SE LLAMABA CLARISA Y YO SOY UN SIMPLE PREDICADOR"

por María Nieves Alonso

 

"Siguiendo más la tradición oral de las abuelas que la tradición impresa de la Academia algunas mujeres dieron vuelta el discurso teórico para trabajarlo por el lado del dobladillo. Familiarizadas con las costuras, supieron que toda construcción apoya sus bases en un hilado no discursivo".

Tamara Kamenszaín

"No reproducimos recuerdos, producimos bloques de infancia, siempre actuales, bloques de devenir niño".

Gilles Deleuze

I. El arte de la predicación. El amor a Dios y el celo por la honra del Padre.

No es fácil entender todos los métodos que Jesucristo empleó en su predicación (1), pues, como afirma Roberto de Basevorn (Murphy 1986), él incluyó todos los métodos loables en el suyo propio, como el origen del bien: "Algunas veces predicaba con claridad, otras profunda y oscuramente. Sus métodos eran muchos: 1) Por medio de promesas, como en el Sermón de la Montaña: 2) con amenazas, método apropiado para los testarudos; 3) Mediante ejemplos, que es un método que usa ampliamente en París; 4) por razones; 5) oscuramente que sus oyentes no entendían Palabra; y 6) claramente" (1986: 353).

Después de Jesucristo muchos predicadores han cumplido el mandato. Para ello, Pablo emplea la razón junto con la autoridad, Agustín leyó a Pablo más que otros e imita sus procedimientos, Gregorio tiene un método loable con ejemplos tangibles y rogativas, el método de San Bernardo es no tener método y exceder en estilo y capacidad a casi todos los hombres de genio (1986: 356) Suma y sigue, católico o protestante, el arte homilético tiene una tradición acendrada en el ejemplo de Cristo y desarrollada ampliamente en la Edad Media época en que este arte oral alcanzó máximo prestigio, desarrollo y formalización (2). Sin embargo, el acto fundacional es de Dios Padre, pues si en el cristianismo comienza con el Sermón de la Montaña, los sermones se inician con Dios Padre. Así para la mentalidad medieval "aún la predicación de Cristo seguía una pauta tan vieja como la creación . La predicación es el segundo acto de Dios y durante muchas edades constituye el medio primordial de comunicación entre Dios y el hombre" (1986: 276).

Todas esas realizaciones homiléticas tienen como objetivo conservar la gloria del Padre y preservar el Testamento, el Libro, las escrituras, palabra de Dios vuelta libro y nuevamente vertida al habla. Se predica frente a un público, en la plaza, en el púlpito o los caminos. Ojalá por los caminos, pues "Id y predicad por el mundo" es el mandato y el ejemplo de Cristo (1er. mensaje). Predicar es anuncio y enseñanza de una doctrina de la verdad y de un sentido infinito. No hay en este arte exigencia de sabiduría erudita sino la obligación de conocer las escrituras, la adecuación a los diversos auditorios y la necesaria sencillez y orden. Se trata de evocar más que crear, y de animar a la interpretación de los mensajes recibidos (2°. mensaje).

Lo importante es persuadir; la fuerza está en el mensaje, en el qué, no en el cómo (¡ojo con los predicadores viciosos! (3). (3er mensaje). El predicador es un mero instrumento de transmisión. El predicador cristiano ha de trabajar para la salvación de quienes le oyen y no para triunfar como disertante. Además, los predicadores, como los poetas, han de disponer los sermones en tres partes: proposición, invocación y narración.

En síntesis, después de Dios Padre, aparece Cristo, tras él, los profetas, Tomás, Agustín, Juan Crisóstomo, Ashhy, Chabbam, Guillermo de Auvernia, Juan de Gales, Lutero…, también Juan Ruiz Arcipreste de Hita, los frailes mendicantes, los evangelizadores de América (Bartolomé de las Casas, por cierto) y de Japón, los caharlatanes de feria, Carlos Marx, los "canutos", Pablo Neruda y, para llegar a nuestra proposición, Domingo Zárate Vega, alias el Cristo de Elqui; a veces el hermano mayor de la Viola. Predicadores, todos predicadores, porque, son palabras textuales del señor de Elqui:

"Todas las profesiones se reducen a una
Hay quienes dicen somos profesores
Somos embajadores, somos sastres
Y la verdad es que son sacerdotes
Sacerdotes vestidos o desnudos
Sacerdotes enfermos o sanos
Sacerdotes en acto de servicio
Hasta el que limpia las alcantarillas
Es indudablemente sacerdote
Ése es más sacerdote que nadie (1977: s.p.)

 

Entonces, en el exacto final del siglo XX, lo que hacemos aquí es preguntarnos ¿Cuál es el estilo homilético de Domingo Zárate Vega? ¿Cómo habla -y escribe- este predicador más chileno que los porotos y, a decir de Ignacio Valente, de la más pura cepa católica, apostólica y romana, en cuya tradición se desenvuelve y en cuyas doctrinas se inspira cuando sermonea? ¿Cómo predica este loco cuya "conciencia implícita; cuyo ego, que late tras sus desvaríos y disparates geniales, se crece hasta alcanzar dimensiones universales, como resumiendo en sí -en una síntesis bien chilena, provinciana y demencial- la historia entera del cristianismo, incluyendo sus doctores, maestros pero también sus herejes mayores y menores?" (Valente 1977: s.p.)

 

II El arte de Nicanor, alias el Cristo de Elqui. Prohibido dormirse en los laureles.

Ignacio Valente, Ivette Malverde, Iván Carrasco, Mario Rodríguez, Marlene Gottlieb, Patricio Pérez, Niall Binns y yo misma hemos estudiado y escrito con más o menos gracia acerca de los modos y procedimientos, de las máscaras y los espejos, de carnaval y dualismos no disyuntivos de contradicción y ambigüedad, de la producción y la recepción de los Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui.

Para comenzar recordaremos que Ignacio Valente, quien a juicio del poeta es su gran exégeta, proclama y anuncia la buena nueva del nuevo libro de Nicanor Parra, quien tras cinco años de "oscuro" silencio se alza como una luminaria en medio de nuestro "apagón cultural" y no con un mero libro sino con una de las suyas: una suerte de "happening" poético, un anti-libro, un parlamento dramático que en días pasados recitaría con voz enfática y socarrona, en el tono de una prédica callejera (1977: s.p.).

Iluminado y apasionado, el artículo del crítico sacerdote indica a quiénes va dirigido el poemario, define el carácter del personaje que lo habita, apunta ciertos rasgos y propósitos de los mismos. Elijo: "Así como la Academia Platónica rechazaba ya en su pórtico a los discípulos que no aman las matemáticas, así la portada de esta obra equívoca debiera excluir a cuantos no tuvieran un muy prolongado sentido del humor poético, indispensable para comprender mediante la comicidad aun la abierta hilaridad, el sentido profundo de estos discursos, la hondura humana y popular de estos sermones más allá de su aparente irreverencia religiosa" (1977: s.p.).

¿Quién es, no pienso ya en la anécdota real, sino en el ego del poema, este Cristo de Elqui?. "La respuesta sería interminable. Baste decir que en estos textos no rigen los principios de identidad y la no contradicción misma es el vehículo ideal para la ambigüedad. En suma el personaje es la contradicción misma; es el vehículo ideal para la ambigüedad de Parra y su afán de escribir "fromnowhere" desde ninguna parte" (Valente 1977: s.p.).

Por su parte, Iván Carrasco, en su imprescindible Nicanor Parra, la Escritura Antipoética (1990), incluye el libro del que hablamos en la zona de la obra del autor que él denomina "la antipoesía de lo sagrado". Tras señalar los procesos de desacralización y desmitificación de las oraciones cristianas hechos por Domingo Zárate Vega, indicar la clase de personaje que es y exponer los rasgos del Sermón de la Montaña, Carrasco concluye: "El Cristo de Elqui al establecerse como Cristo intenta producir sospechas sobre la verdadera condición del Mesías degradando su divinidad y parodiando su predicación" (1990: 92). A continuación, el crítico matiza su controversial concepto "degradación", pues afirma que "a pesar de ello, la condición del antipoema no anula los valores puestos en entredicho, sino que los deja en suspenso y en relación con los opuestos, creando una dimensión significativa mayor para que el lector resuelva." Así mismo dice el mismo Cristo de Elqui:

"la seriedad es superior a la chunga
sobre todo tratándose del Evangelio
que se rían de mí perfectamente
esta no sería la primera vez
pero no de N.S.J.
el respetable público dirá."

("Aplausos.") (1977: s.p.)

Percibiendo las prédicas y sermones del huérfano de Elqui como contraevangelio, Iván Carrasco establece varias oposiciones entre ellas y el texto canónico (1990:193-194). Destaco -y me distancio- 4 de las 8 diferencias definidas:

El Sermón de la Montaña

Sermones y prédicas del Cristo de Elqui

1. Arte de vida

 

1. Arte de lectura

2. Sermón es mensaje de Dios
(buena nueva), no del emisor

 

2. Mensaje de Domingo Zárate:
relato de sus aventuras

5. Narrador extradiegético
es cronista: discípulo que da

testimonio de Jesucristo

 

5. Narrador extradiegético
es un locutor o animador
que cumple su oficio.
6. Lenguaje figurado centrado
en la parábola y la alegoría
6. Lenguaje cotidiano, popular
y coloquial"

 

¿Será realmente tan disyuntivo el coloquio?

Y, si oralidad y escritura, contradicción y parodia, se observan en los antipoemas de Parra, es Ivette Malverde quien más profundamente ha estudiado esta interacción en el discurso carnavalesco propio de los Sérmones y Prédicas del Cristo del Elqui. A este aspecto se refiere en su tesis de doctorado, en su artículo de 1986 y en su excelente publicación de Acta Literaria, N° 10-11. En ella, la rigurosa especialista demuestra que los Sermones de Parra pueden ser leídos como discurso carnavalesco y paródico cuya ley estructural es la del doble, tanto por la ambigüedad del discurso carnavalesco como por el dialogismo polifónico de su intertextualidad paródica: "En cuando discurso carnavalesco "Los Sermones" presentan en todos sus niveles un juego de enmascaramientos que se revela fundamentalmente como un asedio liberador al lenguaje en sus posibilidades significantes" (1986: 77). Después de un cuidadoso análisis, y siguiendo a Julia Kristeva, Malverde concluye: "Los Sermones son un discurso que no le conceden a ésta (la censura) excesiva, importancia ya que exhiben la interrelación entre ambas posibilidades lingüísticas. Son poemas que quieren ser orales y espectáculo, su hablante quiere ser abierto y anti-autoritario, su uso de la lengua busca la infinitización de los sentidos al procurar usarla como significante solamente, pero, sin embargo, de un libro, texto escrito, y como tal los poemas están sometidos a la autoridad del Autor, a sus restricciones, al significado que éste les da." (1986: 88) Ivette también apunta que Domingo Zárate Vega está vinculado al cristianismo tanto por ser una parodia de Cristo como por ser un predicador y un productor de textos escritos, de libros y, muy al pasar, recuerda que Julia Kristeva ha señalado que el libro es el lugar del discurso autoritario, del Decir del Padre: "Dios queda asimilado a la escritura, de la que él representa el más allá trascendental, el significado eterno, él es el Dictador aquél que dicta las escrituras" (1986: 86).

Sermones, prédicas, discurso autoritario, decir del Padre, Dios Padre, mandato, orden, también antipoema de los Evangelios, religiosidad invertida, ambigüedad. ¿Ausencia de la madre? ¿habrá algún dobladillo? ¿existirá otro pretexto? ¿alguna costura en zig-zag? ¿quién habla realmente en estos versos que siempre me dicen más y más.?

 

III Manda del bueno no es de perder. El mandato se resuelve en manda.

Luego de refutar al presentador -locutor- que viciosamente busca el aplauso del respetable público (4), Domingo Zárate Vega relata el origen y razón de su apariencia, de sus andanzas y sermones.

El tiempo transcurrido, el tiempo del poema "que abarca, a su vez, todos los géneros, menos justamente, el lírico", y carece de un "hablante definido que exprese sus sentimientos" (1977: s.p.), parece ser de más de 20 años, pues 22 años antes, el personaje y relator cuentista empeñó su palabra en una manda en honor de su madre idolatrada. La promesa de no cortarse la barba ni las uñas -excepto las uñas de los pies-, de renunciar a la vestimenta común y vestir un humilde sayal para homenajear la sagrada memoria de la madre, muerta el 5 de febrero de 1927, se ha cumplido. Esto, a pesar de que hasta los sacerdotes, es decir los representantes de Dios, se mofan de él, que sin embargo, sabe "que El no se hubiera burlado / todo fue en homenaje de una madre / cómo iba a hacer otra cosa / mientras ella dormía el sueño eterno" (1977, III). Luto, estamos, oyendo hablar de luto, de muerte, luto y memoria en estos años penitenciales:

"giras al sur y norte del país
como también a los países limítrofes
predicando mis sanos pensamientos
en beneficio de la Humanidad
aunque los cuerdos me tildaran de loco
cientos de conferencia en cárceles y hospitales
en Asilos de Ancianos
en Sociedades de Socorros Mutuos
Yo no nací para glorificarme a mí mismo
nací para ayudar a mis semejantes
en especial a las almas en pena" (1977, IV)

Claro que sí, Domingo Zárate Vega no es un predicador vicioso, no busca su propia gloria ni quiere mandarse las partes, sólo quiere cumplir un mandato de la "más pura cepa católica, apostólica y romana". 22 años atrás, el Señor se le apareció en sueños y le encomendó la misión de ir por Chile y predicar en la lengua de la gente sin distinciones de clase, raza ni sexo… pero en especial a las almas en pena. Este Cristo huérfano de madre e hijo de padre más pobre que la rata, tan pronto como se le aparece el Señor, a pesar de ser analfabeto, toma lápiz, máquina de escribir y se pone a redactar sus prédicas en el mejor castellano posible, no sin antes retirarse al desierto por un lapso de 7 años consecutivos (1977, IX): es el tiempo del silencio.

Manda por la madre y mandato del padre se confunden en el origen, el tiempo y el hacer. La manda se torna mandato y viceversa en el nivel metapoético y discursivo. El huérfano ejemplar que todo lo hace porque sabe lo que es una madre, sagrado recuerdo, se torna o funde en predicador elegido y profeta sin la menor confusión, empacho o tensión. Así transita de lo privado y popular a lo público y teológico, pues es un hombre sagrado. Tal vez, algo hay en él que no hay en los demás:

"El ha querido ser benevolente conmigo
porque comprendo lo que es una madre
sin embargo me canso como cualquiera
me da hambre y como como cualquiera
tengo que ir a la casita como cualquiera
necesito limpiarme como cualquiera
nada hay en mí que no haya en los demás
soy un mortal vulgar y corriente
¡dónde está lo sagrado de mi ser!" (1977, XXXIX)

Vale decir, aquí no rigen los principios de identidad y no contradicción. El "Yo" del poema es lo uno y lo otro, pero nunca sólo uno o un sólo mensaje. Máscara y espejo, Nicanor Parra, perdón, el Cristo de Elqui, conoce el cristianismo, sus maestros y doctores mayores y menores, sus evangelios y escuela; también pide que lo lean con un poquito de cariño. Se reconoce más yerbatero que mago, no resuelve problemas insolubles ni resucita cadáveres putrefactos. El arte excelso de la resurrección es exclusividad del divino Maestro. Él, más chileno que el mote con huesillos, mejora, calma los nervios, pero sobre todo, da consejos de orden práctico, consejos para la vida cotidiana y de orden familiar:

"levantarse temprano
desayuno lo más liviano posible
basta con una taza de agua caliente

………………………………..…

carne dos o tres veces por semana
vegetariano soy pero no tanto

…………………………………….

no retener el aire en el estómago
abstinencia sexual en Semana Santa
zahumerio cada 15 días" (1977, VI)


"Los maridos debieran seguir cursos por
....................................... correspondencia" (1977, VII)

"Un consejo de buena voluntad:
NO CORTARLES LAS ALAS A LAS GALLINAS
ellas también tienen derecho a volar" (1977, XXIX)

Todo lo anterior, todo el libro, puede parecer escrito, dicho; puede ser oído o leído con la más absoluta ironía y risa; sin embargo, contradictorio, enfático, sabio ("un neurótico bien administrado") y anarquista, por entre los renglones torcidos, por los resquicios, por los pliegues de discurso y personaje, se cuelan "algunas verdades de gran sabiduría" y "algunos planteamientos válidos y ortodoxos que el loco de Elqui desarrolla con singular clarividencia" (1977: s.p.). También se entremezcla el delicado olor de las violetas que su amorosa madre cultivaba, antes, mucho antes de la gran penitencia.

¡Prohibido dormirse en los laureles! Clara, Clarisa, clarividente la voz y sabiduría de la madre, la sabiduría popular chilena, tantas veces metafórica, se introduce en estas prédicas, que como cualquiera prédica, son un gesto, un acto de amor a la doctrina, la palabra, los oyentes: el afuera. Aquí "lo primero la madre", pero ¿recuerdan quiénes son sus amigos?

"Quiénes son mis amigos
los enfermos
.................. los débiles
.................................. los pobres de espíritu
los que no tienen donde caerse muertos
los ancianos
.................. los niños
................................ las madres solteras
-los estudiantes nó porque son revoltosos-
los campesinos porque son humildes

………………………………….…

los postergados una y otra vez

………………………………

amigos míos son
los soñadores - los idealistas
que entregan su vida como El
en holocausto por un mundo mejor." (1977, XXXII)

¿Y dónde ejerce su ministerio? En Chile
"el general Ibáñez me perdone
en Chile no se respetan los derechos humanos
aquí no existe libertad de prensa
aquí mandan los multimillonarios
el gallinero está a cargo del zorro" (1977, XXIV)

Además tampoco debemos olvidar que "Gelatinoso, ingenuo, marxistoide", son los tres epítetos mal intencionados que le cuelga la prensa reaccionaria. Sin embargo, él lo dice en la Prédica LVIII, basta con observar su vestimenta para saber que no es blanco ni rojo, "sino tirado para ultravioleta / que es el color de Nuestro Señor Jesucristo".

Manda, mandato, risa -nunca ira- filosofía, consejo, discurso de la madre, metamorfosis. El Cristo de Elqui realiza aún otra fusión, otra transformación inconcebible en sus prácticas, sermones y profecías. Esta, que ocurre a lo largo de los dos libros y sus otras prédicas, tiene su antecedente textual y programático en "El Padre Nuestro", uno de los grandes antipoemas religiosos del cual la crítica se ha ocupado en abundancia.

Ahora bien, Domingo Zárate Vega, un hijo que sabe lo que es madre, conoce las fórmulas y formas de la Sagrada doctrina. También nos predica que todo puede probarse con la Santa Biblia, que es el único libro verdadero:

"por ejemplo que Dios no existe
por ejemplo que el Diablo manda más
por ejemplo que Dios
es masculino y femenino a la vez" (1977, XLI)

 

Asimismo sermonea y amonesta a aquéllos que invocan a la virgen María con palabras destinadas al Padre:

"Padre nuestro que estás en el cielo …
ignorancia o descuido digo yo
o se dirigen erróneamente al Hijo
como si se tratara de la Madre:" (1977, XIII)

Este conocedor de San Agustín, a quien el recuerdo de la madre no deja pensar en otra cosa, sabe por doctrina y mandato que debe adecuar su discurso al auditorio, que ha de ser sencillo y familiar y no olvida el castigo merecido por diseminar errores o cosas y casos escandalosos.

Sin embargo, y, a pesar de saber todo esto, en el desarrollo del relato de sus andanzas, en la escritura de sus sermones y prédicas, la madre idolatrada, cuya muerte es la escena originaria y cuya presencia "anega el mundo y las cosas crecidas" (5), tiene las características del padre, se la invoca con las palabras del Padre. Ella, que lo es todo, no sólo ocupa el doble lugar familiar, sino también va usurpando el lugar divino, llega a ser lo divino.

Así, y sin intención de enmendarle la plana al Creador, Domingo Zárate Vega, primero ruega a Dios Padre, luego pide por su veterana que se llamaba Clarisa, para que "Dios la tenga en su santo reino"; a continuación desplaza el sujeto e invoca y ruega a la madre dulce y comprensiva por aquéllos que están fuera del hogar y lejos de la patria:

"madre mía que está en el cielo
santificado sea tú nombre
déjalos regresar a la patria
no permitas que mueran en el destierro." (1977, LVII)

Palabras al Padre, transferidas y dedicadas a la madre, a la Santa Madre, el proceso de transgresión al canon ha avanzado en su desplazamiento sistemático y profundamente significativo. La madre terrenal, por cuya memoria y recuerdo se escribe, está en el lugar divino y puede algo más que interceder a pedido del hijo, puede hacer y cumplir lo pedido con muchísima más propiedad que el Padre.

Finalmente en la Prédica LXII se oye y lee el resumen y la cifra de la doctrina personal que rige este evangelio de Parra:

"Lo primero la madre
padres puede haber en cantidades
técnicamente hablando
nadie puede decir este es mi padre
este señor es mi progenitor
a ciencia cierta no se sabe nada
seguridad no hay en estas cosas
sin ofender a nadie en particular
el 50% por lo menos
algo que no sucede con la madre
siempre se sabe quien es nuestra madre
luego la madre es más real que el padre
por algo dicen madre hay una sola
de lo que se desprende lógicamente
que ella se encuentra por encima de todo
nada más objetivo que la madre
centro de gravedad
piedra angular de este mundo y el otro
quién va a ponerla en tela de juicio
ni malo de la cabeza que fuera
es por esto que yo no digo nunca
padre nuestro que estás en el cielo:
con el perdón del respetable público
me parece más atinado decir
madre nuestra que estás en el cielo
santificado sea tu nombre….

desde el punto de vista masculino
sé que estoy diciendo una barbaridad
al reemplazar el padre por la madre
en la oración más solemne de todas
sin embargo las cosas son así
piensen imparcialmente
como si no existiera la biblia
porque la biblia suele confundirnos
y se verá que tengo razón
a pesar de que soy un pobre diablo."

Las palabras de la crítica, la glosa, están de más. La madre, limpiamente, ha reemplazado al Dios Padre lleno de toda clase de problemas del gran antipoema religioso publicado en Obra Gruesa (1969). Es decir, una mujer vulgar y corriente asciende a los cielos para sustituir al Padre incapaz de luchar contra los ángeles desleales y contra el Demonio que destruye lo qué el construye.

El objeto y el sujeto de la escritura es, entonces, la madre. Ella es el tercero incluido superior (Bajtín 1985: 314). Reemplaza, sustituye y cumple la función que no puede realizar el tercero incluido superior de la oración cristiana por antonomasía. Y esto no sólo para bien del sujeto que escribe, sino para todos aquéllos que participan de la actuación, producción y recepción de las prédicas y sermones: La "Madre mía que está en el cielo" ha dado paso a la "Madre nuestra que estás en el cielo" (1977, XLIV, LVII y LXII)

Todo tradición, todo novedad, transgresión y verdad. Si en La metamorfosis, Ovidio, para introducirnos en el mundo de los dioses celestiales, empieza acercándolos tanto que los vuelve idénticos a la Roma de todos los días, en los Sermones... y en Chile, Nicanor Parra, alias el Cristo de Elqui, asciende a la madre (suya, de él ¿o nuestra de nosotros y él?) al lugar divino. Sin prescindir de ella en el orden familiar (cómo olvidar el poema "Clara Sandoval" o la historia del mismo Domingo Zárate), sin dejar de ser persona humana, ella es figura, forma del padre, cuerpo y espíritu, corporeidad de Dios Padre.

Señoras y Señores, hay aún algunos pliegues en este libro que se va desvelando como el gran sermón funerario de la segunda mitad del siglo de la poesía chilena (6).

 

 

IV Sermón, elegía y consolación en el país de madres y de huachos. (Esto ocurre en Chile y es una anticopla).

Asegura Nicanor Parra: " A mí me aburría mucho leer la poesía de la época. Tuve que retroceder para ver en qué momento empezó a practicarse la poesía en esos términos y me pareció que todo venía del Renacimiento (…). Pero, no, el Renacimiento no era más que el replanteamiento de ciertos valores culturales helénicos, de manera que la cosa viene mal desde allá por lo menos de la Grecia Académica. Donde yo encontré vitalidad y razón de ser fue en la Edad Media o sea en el pueblo" (Morales 1972: 211-212). Sin duda, el poeta habla de la relación de su antipoesía con las formas desacralizadoras y desjerarquizantes del "realismo grotesco" de la cultura popular. La cueca larga (1958), serie de poemas que ennoblecen "lo inferior" material y corporal (comer, beber, fornicar), y Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui (1977), texto carnavalesco cuya situación discursiva imita la de un espectáculo popular festivo, evidencian, entre otros poemas, la profundidad de esta relación reconocida por el mismo antipoeta. No obstante el ya señalado carácter ambivalente de la antipoesía, negativo y positivo a la vez, su capacidad para escamotear las interpretaciones únicas y su desacralización lúdica e irónica de las formas solemnes, pero sobre todo su profundo e intenso valor ético, su defensa del individuo en un mundo sin transcendencia -la antipoesía, dice Schopf, no es sólo un instrumento de desublimación, sino más radicalmente una actitud de defensa ante una realidad agresiva-, me hacen pensar que hay otra costura que establece otra relación que la ya estructurada con la cultura medieval. El Cristo de Elqui, máscara de Domingo Zárate Vega, doble local y profano de N:S:J:, cuyos sermones y prédicas de dudosa credibilidad carnavalizan las palabras sagradas, dialogan con los juglares, poseen humor festivo y recuerdan el mundo de arciprestes enamorados, trotaconventos santificadas y goliardos, tiene aún otra máscara con la cual decir unas cuantas verdades en Chile 1977. Por eso yo puedo, yo quiero recordar aquí a un caballero medieval mesurado, memorable y consolado y decir lo indecible: Domingo Zárate Vega es Jorge Manrique. Entre el príncipe y el bufón, entre pliegues y resquicios, distingo en los sermones de Nicanor Parra los ecos del gran sermón consolatorio de la Edad Media. Diviso a Jorge Manrique y Las coplas a la muerte de su padre. Escrito y pensado en plena Edad Media castellana, el poema de Manrique es motivado por la muerte del Maestre don Rodrigo Manrique, padre del autor. Estas coplas, cultas y familiares, dedicadas a la memoria del padre y que retóricamente corresponden a la forma de la elegía canónica del sermón funerario, han sido descritas y valoradas como una profunda meditación sobre la mortalidad. En ellas el caballero muere en paz; en paz acaba la elegía, en honda y serena paz. Paces de la vida con la muerte, paces de lo individual con lo colectivo; paces de lo temporal con lo interno: "no se podrán entender las Coplas, mientras se ven en ellas como dos elementos separados lo genérico humano y lo humano individual, "nuestras vidas" y la del Maestro. El equilibrio con que los lleva adelante por toda la elegía el poeta, su fusión, tiempo último del poema, son su clave" (Pedro Salinas 1962: 218). Ideológicamente alejado del otoño medieval, Manrique rechaza la tradición macabra y terrorífica de la muerte y se reafirma en la antiquísima tradición cristiana. Por eso de sus coplas, bien leídas, entre tantas deprecaciones del mundo y sus placeres, dentro de tanto escombro de imperios y de cortes, se eleva un canto velado de optimismo (…) En tres magníficas estrofas, la muerte armada del aparato discursivo de la Edad Media y alzándose contra el desenfoque con el que la veían los hombres del siglo XV, acude a poner las cosas en su punto, a cada cual en su lugar" (1962: 210). Delectare, movere, docere (obligaciones de todo sermón, dice Cicerón), con su estilo exhortatorio, el uso de la hipérbole, la enumeración y el "ubi sunt", las prédicas cumplen con la retórica de la elegía, al tiempo que familiarizan y amplifican el mundo referido. Hablando de su padre, pidiendo su bendición, Manrique muestra la conformidad de su estado, se consuela y también habla de Castilla, sus reyes y sus duques, sus miserias y sus miedos. Contemptu Mundi, Manrique apostrofa y muestra que el mundo está bien hecho. Así se lo permite creer su cristianismo (estoy hablando de otro). El padre ha muerto, al final del camino Dios Padre lo espera y lo (los) ampara. Castilla avanza en su fama y sus conquistas. Hay aquí conformidad privada y pública. El Maestre tiene tres vidas: la temporal que termina, la eterna concedida por el "Padre suyo que está en los cielos" y la de la fama, lograda en el campo de batalla, matando moros, como el campeador que le antecede.

Filiación masculina, invocación al padre, territorio militar, texto de un poeta guerrero, poema programado y finito, elegía perfecta, las coplas transcurren hermosas y lineales por la tradición precisa de las academias, por la faz serena, nunca fruncida de la doctrina de Dios Padre. Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre, aquí no hay pliegues ni doblez. Todo lo sensible es algún signo, símbolo y representación de lo invisible. La continuidad no es nunca interrumpida. Las coplas son el gran poema consolatorio y pacificado de la lírica española…, pero ¿no será siempre y dondequiera un pequeño útil consolador, la poesía?

Cinco siglos más tarde, estoy leyendo los Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui de Domingo Zárate Vega, de Nicanor Parra. Ambos deben de haber perdido, como Manrique, a alguien o algo esencial y no quieren renunciar a su memoria.

Delectare, movere, docere, "que a los cuerpos alegre y a las almas preste" (7), los Sermones... son mucho más que una anticopla. Sin embargo, los versos de Jorge Manrique, como un espejo, permiten ver el otro rostro inscrito en esta ¿supuesta? antielegía chilena.

Siguiendo más la tradición de las abuelas que la tradición impresa de las academias, pero indiscutiblemente atendiendo a ésta con un ojo bizco, Nicanor Parra da vuelta el discurso canónico para trabajarlo por el lado del dobladillo, de la escena familiar, e interna el razonamiento lineal y pedagógico del poeta caballero por caminos zigzagueantes e inesperados de su arte.

Revestidas de la ironía y la risa, pero también de una clandestinidad clásica que el rostro del loco de Elqui no logra disimular del todo, me parece que Las Prédicas y Sermones del Cristo de Elqui son la elegía materna, poemas de la filiación materna y del llanto por la nación perdida, por el regazo terrenal, por precario que fuera, amado y arrancado de un zarpazo.

Los textos de Parra refieren, como los del castellano, a un espacio y tiempo histórico más próximo que pasado. Manrique evoca, nombra y utiliza a los infantes de Aragón, pero territorializa su poema, la producción y los hechos fundadores de su poema en un tiempo presente muy preciso: el suyo. Nuestro poeta chileno habla y vuelve a hablar del General Ibáñez. Dice vivir en esos años, pero, y ya lo sabemos, el personaje es la contradicción misma y a Parra le gusta escribir "fromnowhere". Así, el texto, se sitúa en otro presente, descrito y expreso en diferentes prédicas. La Prédica LIII describe un territorio donde no se respetan los derechos humanos (pero díganme ustedes dónde se respetan los derechos humanos), no existe libertad de prensa y el Zalo Reyes no dice nada sobre los desaparecidos. ¿Viste huachito culebra?:

"Un solo punto negro Zalo X Dios
y perdóname el tono sacerdotal
es que soy el Fantasma de la Tribu:
no dijiste media palabra guachito culebra
sobre lo que sucede en tu país
o te parece a ti
que estás en el mejor de los mundos…
el desempleo no te dice nada?
la represión
................. el hambre
................................ la tortura tampoco?
déjate de pamplinas
un ñato como tú no se puede
empotar con la cueca del payaso
te lo dice el hermano mayor de la Viola:
la Quinta Vergara te queda chica güeón
eres + grande que los 4 Huasos"

("Últimos Sermones" en Poesía Política1983, 189-190)

A este tiempo se refiere también la Prédica que deplora la muerte del Premio Nobel y ex candidato a la presidencia de Chile, Pablo Neruda:

"…un hombre total
.......................... un luchador
que se jugó la vida X su pueblo

cuando fue proclamado
candidato a la Presidencia de Chile
todos de pie cantamos la Canción Nacional
y cuando le dieron el Premio Nobel
la cantidad de gente que había en el Estadio…

Yo no recuerdo nada parecido:
................... con ayuda o sin ayuda
................... triunfaremos con Neruda!

................... dejaremos de ser pobres
................... nacionalizando el cobre!

................... es vergüenza general
................... el partido Nazi - onal

........... A-llen-de! A-llen-de! A-llen-de

................... Bueno después pasó lo que pasó
................... será mejor que cambiemos de tema" (1983: 196)

El Cristo de Elqui -Nicanor Parra- se defiende como gato de espaldas en otro sermón en el que nos alerta sobre la dictadura, los problemas de Chile, la catástrofe ecológica y apela al "amigo" Volodia y a quién sea para aclarar las cosas:

"Yo partidario de la Dictadura?
no me haga reír amigo Volodia
me desayuno con ese pastel
Ud. está tratando de tirarme la lengua
hágase su voluntad
hombre a hombre lo desafío
X intermedio de este poema
a discutir en serio los problemas de Chile
los problemas del mundo si le parece
para que vea los puntos que calzo
desempleo
............... tortura
........................ autoritarismo
record mundial en contaminación atmosférica
algo que a Ud. lo tiene sin cuidado lo sé
como buen industrialista decimonónico
ofrezco la palabra
aclaremos las cosas de una vez

ayer había plata claro que sí
pero los almacenes estaban vacíos
era un papel que no servía de nada
los productores ocultaban las cosas
orden del día:
.....................
sabotaje total
en eso tiene toda la razón

¿han cambiado los tiempos?
hoy están abarrotados de mercadería
pero la plata ha desaparecido del horizonte
escoja mi reina escoja
sólo pueden comprar los privilegiados
el pobre roto que se muera de hambre

esto no puede continuar así
y la ruina de bosques en el Sur
y la extinción de las materias primas
y la erosión
................. y la muerta del mar
el DDT ya llegó a la tierra de los pingüinos
a las nieves eternas del Aconcagua
a las propias entrañas de las madres chilenas

hay que decir las cosas como son
estamos a un paso del Apocalipsis

Entretanto qué hacen Uds. caramba
repetir al pie de la letra la bufonada capitalista
agáchate semana santa
la misma jeringa con el mismo bitoque

Saben que son capaces
de barrer el planeta 40 veces
con las armas atómicas que tienen
y continúan fabricando +

¡una vergüenza que no tiene nombre!
lo siento mucho camarada Bolodia
no soy yo
.............. son Uds. los que se quedaron atrás

 

SOCIALISTAS Y CAPITALISTAS DEL MUNDO UNIOS
antes que sea demasiado tarde
R.S.V.P.

Domingo Zárate Vega
alias el Cristo de Elqui
Carnet 480154
Conchalí" (1983: 198 - 201)

Pienso, pues, que además de desviarse del recto camino, el antipoeta se ha emboscado en un tiempo pasado para escribir, y/o disparar a diestra y siniestra, sobre los sucesos del presente. Aquí se trata de Chile, del Chile regido por la ley del Padre y del autoritarismo. Aquí se hace una elegía de la Nación de la madre que ayer no más existía. Herramientas, artefactos, armas cargadas de futuro, pequeños útiles de resistencia y memoria, los poemas de Parra, sus prédicas, sus chistes, sus ecopoemas pueden desorientar a la policía, pero no a la poesía. Jorge Manrique lo apunta con el dedo y nos permite ver a través de las máscaras, más allá de las ropas, hasta dejar desnudo el objeto: aquí se trata de Chile 1977-1983. Los espejos son múltiples, quebradizos y discontinuos. Jesucristo, Domingo Zárate, Doña Clara Sandoval, Jorge Manrique, el llanto y la risa, todo lo que está en la lengua materna es bueno y utilizable para resistir, para encender hogueras si así es necesario. Ahora bien, esta fusión de símbolos, sitios, personajes y discursos dibuja el "ethos" moral, híbrido, transgresor y positivo de la obra de Nicanor Parra.

"Pensamos que el hueco simbólico del Pater, en el imaginario mestizo de América Latina, será sustituido con una figura masculina poderosa y violenta: el caudillo, el militar, el guerrillero. El padre ausente se troca así en presencia teñida de potestad política, económica, bélica. Presencia que llena el espacio que está fuera de la casa; pero que impone en ella el hálito fantasmático de su imperio, aunque sea sólo por evocación o visión fugaz". (Montecino 1991: 31). "La conquista y la colonización -los herederos directos de Manrique- pusieron en contacto ambas formas de mirar lo trascendente. El resultado fue un sincretismo en donde la fusión de símbolos y ritos dibuja el ethos mestizo y propone una nueva cosmovisión. En este proceso de conjunción es posible percibir que, en muchos casos los dioses masculinos fueron desplazados de su lugar dominante y sobre ellos se posó la figura de una diosa poderosa, representada por la Virgen-Madre y vinculada a las divinidades femeninas precolombinas, así como a diversos aspectos de su mitología." (1991: 63). En un proceso inverso, en este territorio, dominado por la figura masculina terrible, Nicanor Parra instala la figura de la madre idolatrada y procede a sustituir el padre por la madre. Vuelta a la deificación de lo materno. Debe decir: Violeta Parra, madre de la patria. Creemos que Nicanor también hace alguna defensa personal. Es que esto es un palimpsesto, un texto discontinuo, ambivalente y torcido. El propio predicador nos lo ha advertido:

"al tomar una hoja por una hoja
al tomar una rama por una rama
al confundir un bosque con un bosque
nos estamos comportando frívolamente
esta es la quinta-esencia de mi doctrina
felizmente ya comienzan a vislumbrarse
los contornos exactos de las cosas" (1977, XXVI)

Plegando la lengua materna hasta configurar en ella una lengua extraña, "extranjera" (Deleuze 1996: 314), el Cristo de Elqui se muestra como lo que es: una figura, un orden y un discurso en metamorfosis abierta y discontinua. En ella se funda lo aleatorio y la repetición; lo anafórico; el espejo y la máscara, el uno y la otra.

Con(fusión), mezcla de discursos mayores y menores, de medidas medievales -clásicas y populares- y maternales, de demanda y mandato, de risa, enojo y pena indescriptible, de filosofía, consejo, poesía y meditación, los Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui cumplen dos grandes funciones míticas: unir y recuperar. Unir los seres a través de las dimensiones más grandes y más pequeñas del cosmos; unir los incompatibles; unir fuera de toda dimensión concebible órdenes sin relación posible de tamaño. También reencontrar un pasado abolido, un tesoro y el secreto de una verdad… La verdad de Chile bajo el autoritarismo. A no ser que todo no más sea pampiroladas del maestro Parra o alucinaciones del crítico.

 

BIBLIOGRAFIA

 

Alonso, María Nieves y Gilbereto Triviños. 1989. "Prólogo". En Chistes parra desorientar a la poesía., Madrid, Editorial Visor.

Bajtín, Mijaíl. 1985. Estética de la creación verbal. México, Siglo XXI.

Binns, Nial. 1996. "Herencia antipoética: Huidobro y Nicanor Parra" en Nuevo texto crítico. Volumen IX, N° 18, julio-diciembre 1996, p. 140-151.

Carrasco, Iván. 1990. La escritura antipoética. Santiago, Editorial Universitaria.

Deleuze, Gilles. 1996. Crítica y Clínica. Barcelona, Anagrama.

Gottlieb, Marlene. 1977. No se termina nunca de nacer. Madrid, Playor.

Montes, Hugo y Mario Rodríguez. 1972. Nicanor Parra y la poesía de lo cotidiano. Santiago, Editorial del Pacífico.

Malverde, Ivette. 1985-1986. "La interacción escritura-oralidad en el discurso del carnavalesco de los Sermones y Prédicas ". Concepción Acta Literaria N° 10 y 11, pp. 77-89.

------------------. 1988. "El discurso del carnaval y la poesía de Nicanor Parra". En Acta Literaria, N° 13, pp. 83-92.

Montecino, Sonia. 1991. Madres y Huachos. Alegorías del mestizaje chileno. Santiago, Editorial Cuarto Propio - Cedem.

Morales, Leonidas. 1972. La poesía de Nicanor Parra, Anejos de Estudios Filológicos, N° 4, Editorial Andrés Bello.

Murphy, James. 1974. La retórica en la Edad Media. Historia de la teoría de la retórica desde Agustín hasta el Renacimiento. México, Fondo de Cultura Económica.

Parra, Nicanor. 1977. Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui. Valparaíso, Editorial Ganymedes.

Parra, Nicanor. 1977. Nuevos Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui. Valparaíso, Edit. Ganymedes.

Parra, Nicanor. 1983. Poesía política. Santiago, Editorial Bruguera. Prólogo y selección de Enrique Lafourcade.

Rodríguez, Mario. 1996. Órbita de Nicanor Parra. Concepción, Ediciones Universidad de Concepción.

Salinas, Pedro. Jorge Manrique o tradición y originalidad. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1962.

Schopf, Federico. 1985. Del Vanguardismo a la Antipoesía. Roma, Bulzoni Editore.

--------------------. "La antipoesía y el vanguardismo". Concepción, Acta Literaria N° 10 y 11, 1985-1986.

Valente, Ignacio. 1977. "Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui". En El Mercurio, "Suplemento literario, artístico y científico". Diciembre 18 de 1977.

SISIB y Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad de Chile

 

NOTAS

1. Predicación: Proclamación o exposición oral de una verdad religiosa, acción de anunciar la palabra de Dios en público, hecha por un hombre revestido de una misión legítima.

Sermón: Discurso cristiano pronunciado en una iglesia a los fieles reunidos para instruirlos en las verdades de la religión y traerlos a la práctica de las virtudes cristianas. La homilía, es una explicación sencilla de los textos litúrgicos.

Liturgia: (Del lat. liturgia, y éste del griego, servicio público). f. Orden y forma que ha aprobado la iglesia para celebrar los oficios divinos, y especialmente el santo sacrificio de la misa. RAE 1984: 839.

Homilía : Explicación sencilla de los textos litúrgicos. volver

 

2. Los "praecepta" aparecen en gran número en aquellos siglos que también son los de la cristianización de lo pagano. El desarrollo de la teoría de la predicación tiene su primera fase en Cristo y su primer texto en la Biblia. La segunda fase principal la constituye el libro De doctrina Cristiana (426). Entre esta fecha y el siglo XII hay aportes de San Gregorio Magno, de Rabano Moung, de Guiberto de Nogent y de Alonso de Lila. La tercera fase comienza en la segunda mitad del siglo XIII con la aparición de una teoría plenamente desarrollada por Tomás de Salisbury, Ricardo de Thetford y Alejandro de Asbby. En 1322, Roberto de Basevorn escribe un manual paradigmático: Forma Proedicandi.

Todos conciben las sagradas escrituras como pruebas de, ven en Cristo al modelo y plantean la diferencia entre evangelización (anuncio) y enseñanza (exposición de la doctrina), entre parábola y discurso directo.

La palabra griega que equivale a su prédicar "deriva de un término que significa proclamar que es igual a anunciar como heraldo alguna noticia. "Evangelium" significa "portador de buenas noticias" o "heraldo de faustas nuevas". volver

 

3. Son predicadores viciosos los que no enseñan moral natural, han cesado de citar al Evangelio para predicar una moral pretendidamente filosófica y hacen arengas académicas en vez de sermones. También son predicadores y viciosos aquellos que gobiernan o guardan silencio pérfido sobre los que gobiernan. volver

 

4. - Y AHORA CON USTEDES
Nuestro Señor Jesucristo en persona
que después de 1977 años de religioso silencio
ha accedido gentilmente
a concurrir a nuestro programa gigante de Semana
................................................................ Santa
para hacer las delicias de grandes y chicos
con sus ocurrencias sabias y oportunas
N.S.J. no necesita presentación
es conocido en el mundo entero
baste recordar su gloriosa muerte en la cruz
seguida de una resurrección no menos
........................................................... espectacular:
un aplauso para N.S.J. volver

 

5. Para Jorge Guzmán, en Mistral (léase Parra) la maternidad anega el mundo y las cosas creadas, la madre también asume las características del padre, porque ella es todo. La mujer en un sitial sacro…

Una madre divinizada, que es la eternidad, que es el paraíso y con la cual el hijo hombre sólo le cabe ser niño o "huérfano" o "huacho"… (Montecino: 1991:56). volver

 

6. No podemos olvidar que Elqui es el lugar de Gabriela Mistral, creemos que la elegía de la primera mitad del siglo es "Alturas de Macchu Picchu", ya estudiado como tal por Cedomil Goic. Y que Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui es la elegía de la segunda mitad. Matriz de la poesía chilena Neruda y Parra son poetas complementarios como ya hemos afirmado en otro artículo.volver

 

7. No olvidamos al Arcipreste y a su Trotaconventos, materia ésta también de otra investigación. volver